“De Teotihuacan a Tlatelolco. Reemplazamiento
poblacional en el Valle de México en la transición del Clásico al
Posclásico”
Miquel Hernández
Universitat de Barcelona, España
mhernandez@ub.edu
En el Valle de México se dan una serie de períodos
culturales anteriores a la conquista española en el año 1521:
Preclásico (hasta el 200 dC), Clásico (entre el 200 y el 900 dC), y
Posclásico (entre el 900 dC y la conquista española en el siglo
XVI). Entre el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano tuvo su
desarrollo la cultura teotihuacana que irradió desde la ciudad de
Teotihuacan (una verdadera metrópolis de 150.000-200.000 habitantes
hacia el año 600 dC).
El Posclásico Tardío (a partir del año 1200) se caracteriza por la
llegada de una serie de grupos de la familia lingüística Nahua al
Valle de México, siendo conocidos globalmente con el nombre de
Chichimecas y considerados pueblos “bárbaros”. Uno de estos grupos,
los Mexicas o Aztecas, darían lugar al desarrollo del imperio Azteca
(1428-1520). Para explicar sus orígenes, los Mexicas desarrollaron,
posteriormente a su asentamiento y dominación del Valle de México,
el mito de Aztlán.
La comparación de la morfología craneal de los Mexicas con la de
otras poblaciones del Valle de México tiene el objetivo de conocer
si la emergencia de este grupo en el Centro de México representó una
discontinuidad en la morfología de las poblaciones que se
desarrollaron allí con anterioridad.
Con el fin de evaluar la similitud morfológica de la población
Mexica de Tlatelolco (Posclásico tardío, México D.F.) se ha
comparado esta serie con otras anteriores procedentes del Valle de
México (Tlatilco, Teotihuacan, Tula), y con la inmediata anterior
del Posclásico Temprano de Azcapotzalco. Se han estudiado también
otras series procedentes del Norte de México con el fin de
contextualizar la diversidad observada en el Centro de México.
La morfometría geométrica aporta las técnicas para comparar la forma
del cráneo entre las poblaciones (Richtsmeier et al. 2002) a partir
de una configuración de puntos craneométricos (landmarks). En este
trabajo se han obtenido las coordenadas en 3D (digitalizador
Microscribe G2X) de doce landmarks del hemicráneo izquierdo.
Teniendo en cuenta la problemática de la deformación en las series
craneales precolombinas se han seleccionado los cráneos no
deformados (o muy levemente) con el fin de poder utilizar landmarks
del neurocráneo y no sólo de la cara. El método estadístico
utilizado aquí es el EDMA (Euclidean Distance Matrix Analysis) que
se basa en el uso de medidas que son invariantes a la orientación y
situación respecto de un sistema de coordenadas específico.
Los cráneos de Teotihuacan (Clásico) son de menor altura
neurocraneal y de mayor longitud craneofacial que los de Tlatelolco
(Posclásico). Las medidas con mayores diferencias significativas son
las que afectan al bregma (b-po, b-izt, b-ju, fmo-b, zo-b, b-i, nal-b,
n-b) y al inion (nal-i, pr-i, zo-i, zma-i, i-po, fmo-i, i-izt, n-i,
i-ju). Para 11 medidas (17 %) resultan significativamente menores
los valores de Teotihuacan, y para 12 (18 %) son mayores que los de
los Mexicas de Tlatelolco.
Los resultados apuntan que la transición morfológica pudo iniciarse
después de la caída de Teotihuacan a través del flujo génico con el
exterior del Valle de México y la entrada de grupos foráneos.
Posiblemente, las diferencias morfológicas entre esos grupos y los
pobladores del período clásico en el Valle de México no serían
tampoco extraordinarias, teniendo en cuenta el resultado de su
comparación con grupos más diferenciados en el contexto
mesoamericano como los Pericúes de Baja California Sur y el gupo de
Sonora. Las similitudes morfológicas de las poblaciones del Valle de
México con las del Norte aquí comparadas muestran un patrón distinto
para las del Clásico y las del Posclásico. Mientras que los cráneos
del Clásico son más parecidos a los de las cuevas de Coahuila, los
cráneos del Posclásico se muestran muy parecidos a los coloniales
del siglo XVI de la Soledad (aún sin tiempo material para el
mestizaje) y éstos presentan similitudes con los Tarahumara, lo cual
sería compatible con la posibilidad de flujo génico entre el Valle
de México y la Sierra Madre Occidental.
Resumiendo, la información craneal disponible permite establecer que
la morfología de los Mexicas de Tlatelolco difería de la observada
en el período Clásico en Teotihuacan, pero que este cambio se
evidencia ya, a partir del período posclásico, en los Tepanecas de
Azcapotzalco. Estos resultados concuerdan con la explicación
mitológica de un origen, Aztlán, para los Mexicas fuera del Valle de
México. Pero no permite aceptar una hipotética migración desde el
extremo Norte de México, siendo más compatible con un modelo de
expansión demográfica desde zonas geográficas más cercanas al Valle
de México.
En el estudio del DNA mitocondrial de los restos de Tlatelolco, Kemp
et al. (2005) hallaron que las frecuencias de los haplogrupos
mitocondriales permiten relacionar los Mexicas con otras poblaciones
del Centro y Sur de México y de la América central, pero difieren de
las de las poblaciones del Sudoeste de los Estados Unidos de
América. Por ello, la expansión desde fuera hacia el centro de
México, iniciada con la caída de la civilización Teotihuacana, y el
reemplazo humano, y el origen de los Mexicas, podría relacionarse
con el auge del imperio Tarasco (Purépecha) y los movimientos
migratorios generados entre los grupos nómadas presentes en la
región michoacana. Igualmente, sería compatible con los resultados
aquí obtenidos una migración desde zonas algo más al norte y oeste
del Valle de México, como por ejemplo desde Guanajuato o Nayarit.
Los resultados del estudio de Beekman & Christenson (2003) con
caracteres no métricos en cráneos de distintas series mexicanas
llegan también a la conclusión de la existencia de un flujo génico
en el Valle de México que produciría cambios en las poblaciones del
Posclásico en relación con las del Preclásico, aunque en su estudio
no hay series del período Clásico que permitan acotar con mayor
precisión el momento del cambio. Estos autores llegan a la
conclusión de que el cambio poblacional en el Valle de México fue un
largo proceso y no un hecho puntual en un momento determinado.
Con las muestras craneales disponibles estudiadas en el presente
trabajo no es posible llegar a una conclusión sobre el origen
geográfico de los Mexicas, aunque sí puede concluirse que hubo
cambios en la morfología craneal de las poblaciones del Valle de
México ya en el Posclásico Temprano que tuvieron su continuidad en
el Posclásico Tardío con los Mexicas. Este grupo pudo ser uno más de
los grupos nahuas que habían mantenido un flujo génico continuado
hacia el Valle de México desde la caída de Teotihuacan en el período
Clásico. La comparación de las poblaciones del Valle de México de
distintos períodos con las del Norte de México no muestran una mayor
similitud de los Mexicas de Tlatelolco con los grupos del Norte y no
apoyan una localización del mítico Aztlán en el Sudoeste
estadounidense. En cambio sugieren a un origen geográfico más
próximo determinado por la dinámica demográfica de los grupos nahuas
(o que habían adoptado la lengua Nahua) de la región central de
México. En conclusión, todos estos resultados apuntan que la
transición morfológica en el Valle de México pudo iniciarse después
de la caída de Teotihuacan a través del flujo génico con el exterior
a partir de la entrada de grupos foráneos.
Referencias:
Beekman CS, Christenson AF (2003) Controlling for doubt and
uncertainty through multiple lines of evidence: A new look at the
Mesoamerican Nahua migrations. Journal of Archaeological Method and
Theory 10: 111-164.
Kemp BM, Reséndez A, Román Berrelleza JA, Malhi RS, Smith DG (2005)
An análisis of ancient Aztec mtDNA from Tlatelolco: Pre-Columbian
relations and the spread of Uto-Aztecan. En DM Reed (ed.)
“Biomolecular Archaeology: Approaches of the Past”. Center for
Archaeological Investigations, Occasional Paper No. 32, Southern
Illinois University, pp. 22-46.
Ritchsmeier JT, DeLeon VB, Lele SR (2002) The promise of geometric
morphometrics. Yearbook of Physical Anthropology 45: 63-91.
Esta presentación forma parte de un trabajo más amplio acerca del
contraste del mito de Aztlán realizado por el grupo integrado por:
Miquel Hernández1, Neus Martínez-Abadías1, Antonio González-Martín2,
Josefina Bautista3, Jorge Valdés3, Mirsha Quinto4, Mireia Esparza1,
Rolando González-José5
1 Universitat de Barcelona, España
2 Universidad Complutense de Madrid, España
3 Dirección de Antropología Física - INAH, México
4 Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México
5 Centro Nacional Patagónico - CONICET, Argentina
Agradecimientos: Proyecto Ministerio de Educación y Ciencia
MEC-FEDER (CGL2004-00903/BTE).
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