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11 a 14 de outubro de 2006
Estalagem das Minas Gerais
Ouro Preto - MG - Brasil

“De Teotihuacan a Tlatelolco. Reemplazamiento poblacional en el Valle de México en la transición del Clásico al Posclásico”

Miquel Hernández

Universitat de Barcelona, España

mhernandez@ub.edu

En el Valle de México se dan una serie de períodos culturales anteriores a la conquista española en el año 1521: Preclásico (hasta el 200 dC), Clásico (entre el 200 y el 900 dC), y Posclásico (entre el 900 dC y la conquista española en el siglo XVI). Entre el Preclásico Tardío y el Clásico Temprano tuvo su desarrollo la cultura teotihuacana que irradió desde la ciudad de Teotihuacan (una verdadera metrópolis de 150.000-200.000 habitantes hacia el año 600 dC).
El Posclásico Tardío (a partir del año 1200) se caracteriza por la llegada de una serie de grupos de la familia lingüística Nahua al Valle de México, siendo conocidos globalmente con el nombre de Chichimecas y considerados pueblos “bárbaros”. Uno de estos grupos, los Mexicas o Aztecas, darían lugar al desarrollo del imperio Azteca (1428-1520). Para explicar sus orígenes, los Mexicas desarrollaron, posteriormente a su asentamiento y dominación del Valle de México, el mito de Aztlán.
La comparación de la morfología craneal de los Mexicas con la de otras poblaciones del Valle de México tiene el objetivo de conocer si la emergencia de este grupo en el Centro de México representó una discontinuidad en la morfología de las poblaciones que se desarrollaron allí con anterioridad.
Con el fin de evaluar la similitud morfológica de la población Mexica de Tlatelolco (Posclásico tardío, México D.F.) se ha comparado esta serie con otras anteriores procedentes del Valle de México (Tlatilco, Teotihuacan, Tula), y con la inmediata anterior del Posclásico Temprano de Azcapotzalco. Se han estudiado también otras series procedentes del Norte de México con el fin de contextualizar la diversidad observada en el Centro de México.
La morfometría geométrica aporta las técnicas para comparar la forma del cráneo entre las poblaciones (Richtsmeier et al. 2002) a partir de una configuración de puntos craneométricos (landmarks). En este trabajo se han obtenido las coordenadas en 3D (digitalizador Microscribe G2X) de doce landmarks del hemicráneo izquierdo. Teniendo en cuenta la problemática de la deformación en las series craneales precolombinas se han seleccionado los cráneos no deformados (o muy levemente) con el fin de poder utilizar landmarks del neurocráneo y no sólo de la cara. El método estadístico utilizado aquí es el EDMA (Euclidean Distance Matrix Analysis) que se basa en el uso de medidas que son invariantes a la orientación y situación respecto de un sistema de coordenadas específico.
Los cráneos de Teotihuacan (Clásico) son de menor altura neurocraneal y de mayor longitud craneofacial que los de Tlatelolco (Posclásico). Las medidas con mayores diferencias significativas son las que afectan al bregma (b-po, b-izt, b-ju, fmo-b, zo-b, b-i, nal-b, n-b) y al inion (nal-i, pr-i, zo-i, zma-i, i-po, fmo-i, i-izt, n-i, i-ju). Para 11 medidas (17 %) resultan significativamente menores los valores de Teotihuacan, y para 12 (18 %) son mayores que los de los Mexicas de Tlatelolco.
Los resultados apuntan que la transición morfológica pudo iniciarse después de la caída de Teotihuacan a través del flujo génico con el exterior del Valle de México y la entrada de grupos foráneos. Posiblemente, las diferencias morfológicas entre esos grupos y los pobladores del período clásico en el Valle de México no serían tampoco extraordinarias, teniendo en cuenta el resultado de su comparación con grupos más diferenciados en el contexto mesoamericano como los Pericúes de Baja California Sur y el gupo de Sonora. Las similitudes morfológicas de las poblaciones del Valle de México con las del Norte aquí comparadas muestran un patrón distinto para las del Clásico y las del Posclásico. Mientras que los cráneos del Clásico son más parecidos a los de las cuevas de Coahuila, los cráneos del Posclásico se muestran muy parecidos a los coloniales del siglo XVI de la Soledad (aún sin tiempo material para el mestizaje) y éstos presentan similitudes con los Tarahumara, lo cual sería compatible con la posibilidad de flujo génico entre el Valle de México y la Sierra Madre Occidental.
Resumiendo, la información craneal disponible permite establecer que la morfología de los Mexicas de Tlatelolco difería de la observada en el período Clásico en Teotihuacan, pero que este cambio se evidencia ya, a partir del período posclásico, en los Tepanecas de Azcapotzalco. Estos resultados concuerdan con la explicación mitológica de un origen, Aztlán, para los Mexicas fuera del Valle de México. Pero no permite aceptar una hipotética migración desde el extremo Norte de México, siendo más compatible con un modelo de expansión demográfica desde zonas geográficas más cercanas al Valle de México.
En el estudio del DNA mitocondrial de los restos de Tlatelolco, Kemp et al. (2005) hallaron que las frecuencias de los haplogrupos mitocondriales permiten relacionar los Mexicas con otras poblaciones del Centro y Sur de México y de la América central, pero difieren de las de las poblaciones del Sudoeste de los Estados Unidos de América. Por ello, la expansión desde fuera hacia el centro de México, iniciada con la caída de la civilización Teotihuacana, y el reemplazo humano, y el origen de los Mexicas, podría relacionarse con el auge del imperio Tarasco (Purépecha) y los movimientos migratorios generados entre los grupos nómadas presentes en la región michoacana. Igualmente, sería compatible con los resultados aquí obtenidos una migración desde zonas algo más al norte y oeste del Valle de México, como por ejemplo desde Guanajuato o Nayarit.
Los resultados del estudio de Beekman & Christenson (2003) con caracteres no métricos en cráneos de distintas series mexicanas llegan también a la conclusión de la existencia de un flujo génico en el Valle de México que produciría cambios en las poblaciones del Posclásico en relación con las del Preclásico, aunque en su estudio no hay series del período Clásico que permitan acotar con mayor precisión el momento del cambio. Estos autores llegan a la conclusión de que el cambio poblacional en el Valle de México fue un largo proceso y no un hecho puntual en un momento determinado.
Con las muestras craneales disponibles estudiadas en el presente trabajo no es posible llegar a una conclusión sobre el origen geográfico de los Mexicas, aunque sí puede concluirse que hubo cambios en la morfología craneal de las poblaciones del Valle de México ya en el Posclásico Temprano que tuvieron su continuidad en el Posclásico Tardío con los Mexicas. Este grupo pudo ser uno más de los grupos nahuas que habían mantenido un flujo génico continuado hacia el Valle de México desde la caída de Teotihuacan en el período Clásico. La comparación de las poblaciones del Valle de México de distintos períodos con las del Norte de México no muestran una mayor similitud de los Mexicas de Tlatelolco con los grupos del Norte y no apoyan una localización del mítico Aztlán en el Sudoeste estadounidense. En cambio sugieren a un origen geográfico más próximo determinado por la dinámica demográfica de los grupos nahuas (o que habían adoptado la lengua Nahua) de la región central de México. En conclusión, todos estos resultados apuntan que la transición morfológica en el Valle de México pudo iniciarse después de la caída de Teotihuacan a través del flujo génico con el exterior a partir de la entrada de grupos foráneos.

Referencias:

Beekman CS, Christenson AF (2003) Controlling for doubt and uncertainty through multiple lines of evidence: A new look at the Mesoamerican Nahua migrations. Journal of Archaeological Method and Theory 10: 111-164.
Kemp BM, Reséndez A, Román Berrelleza JA, Malhi RS, Smith DG (2005) An análisis of ancient Aztec mtDNA from Tlatelolco: Pre-Columbian relations and the spread of Uto-Aztecan. En DM Reed (ed.) “Biomolecular Archaeology: Approaches of the Past”. Center for Archaeological Investigations, Occasional Paper No. 32, Southern Illinois University, pp. 22-46.
Ritchsmeier JT, DeLeon VB, Lele SR (2002) The promise of geometric morphometrics. Yearbook of Physical Anthropology 45: 63-91.



Esta presentación forma parte de un trabajo más amplio acerca del contraste del mito de Aztlán realizado por el grupo integrado por:
Miquel Hernández1, Neus Martínez-Abadías1, Antonio González-Martín2, Josefina Bautista3, Jorge Valdés3, Mirsha Quinto4, Mireia Esparza1, Rolando González-José5

1 Universitat de Barcelona, España
2 Universidad Complutense de Madrid, España
3 Dirección de Antropología Física - INAH, México
4 Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México
5 Centro Nacional Patagónico - CONICET, Argentina

Agradecimientos: Proyecto Ministerio de Educación y Ciencia MEC-FEDER (CGL2004-00903/BTE).